Los primeros auxilios son todas aquellas medidas o actuaciones que realiza el auxiliador, en el mismo lugar donde ha ocurrido el accidente y con material prácticamente improvisado, hasta la llegada de personal especializado. Los primeros auxilios no son tratamientos médicos. Son acciones de emergencia para reducir los efectos de las lesiones y estabilizar el estado del accidentado. Y esto último es lo que le concede la importancia a los primeros auxilios, de esta primera actuación va a depender en gran medida el estado general y posterior evolución del herido. Así mismo, son una obligación moral
Orden de prioridades:
1º. PROTEGER, en primer lugar, a él mismo y después a la víctima. Podemos evitar nuevos accidentes, si señalizamos el lugar del accidente. SÓLO si hay peligro para el accidentado se le desplazará, manteniendo recto el eje cabeza-cuello-tronco.
2º. AVISAR, es decir dar el SOS, indicando: el número y estado aparente de los heridos, si existen factores que pueden agravar el accidente (caídas de postes eléctricos) y el lugar exacto dónde se ha producido el accidente. Saber que de la información que nosotros demos, va a depender tanto la cantidad como la calidad de medios humanos y materiales, que allí nos lleguen.
3º. SOCORRER. Esta es la finalidad principal de los primeros auxilios, pero para hacerlo correctamente previamente hace falta realizar la evaluación del herido.
Medidas generales para cualquier tipo de accidente:
- Primero: Estar tranquilo, pero actuar rápidamente. Con tranquilidad se da confianza a la víctima y a aquellos que se encuentren cerca. Los testigos suelen tener miedo, con frecuencia pánico o están sobreexcitados. El auxiliador ha de dar ejemplo mostrando su tranquilidad.
- Segundo: Hacer una composición de lugar.- Cuando se llega al lugar del accidente no se debe comenzar a actuar curando al primer herido que se encuentre. Pueden haber otros heridos más graves y que, por tanto, necesiten atenderse en primer lugar. Hacer, pues, un rápido examen del lugar. Debe intentarse saber si existen heridos ocultos. Hay que darse cuenta también de las posibles fuentes de peligros que aún existan: amenaza de derrumbamiento, ruptura de canalizaciones de gas o de agua, fuego, etc.
- Tercero: Mover al herido con gran precaución. Jamás se cambiará de sitio al accidentado antes de cerciorarse de su estado y haberle proporcionado los primeros cuidados. Además, un herido grave, no debe ser movilizado excepto por estas tres razones: 1) para poderle aplicar los primeros auxilios; 2) evitar el agravamiento de sus heridas; y 3) protegerle de un nuevo accidente.
- Cuarto: Examinar bien al herido.- Investigar si respira, si tiene pulso, si está consciente, si sangra, si tiene una fractura, si presenta quemaduras, si ha perdido el conocimiento. Estar bien seguros de no haber dejado escapar nada.
- Quinto: No hacer más que lo indispensable.- Si se intentan hacer demasiadas cosas, se retrasará el traslado de la víctima. El papel del auxiliador no es el de reemplazar a los servicios sanitarios, sino que se ha de limitar a proporcionar aquellas medidas estrictamente necesarias para un correcto transporte del herido.
- Sexto: Mantener al herido caliente.- Evitar, no obstante, un calor excesivo, manteniéndole a una agradable temperatura. Si hace frío, todo el cuerpo debe ser calentado; para ello lo mejor será envolverlo en una manta.
- Séptimo: No dar jamás de beber a una persona inconsciente.- En este estado no podrá tragar y existirá peligro de ahogarla al penetrar el líquido en las vías aéreas. Si la víctima conserva la consciencia y no presenta una herida profunda en el vientre, se le puede dar de beber, lentamente, y solo a pequeños sorbos. No darle alcohol, es preferible café o té caliente, sobre todo si hace frío.
- Octavo: Tranquilizar a la victima.- El accidentado tiene miedo. Hay que hablarle ya que está angustiado; el curso de su vida se ha visto truncado bruscamente y padece por los que le acompañan o por su familia. Hay que tranquilizarle, calmar sus temores y levantarle el ánimo. Hay que decirle que hay gente cerca que se ocupa de él, que los servicios de urgencias han sido avisados y que vendrán pronto. No se le debe dejar ver su herida.
- Noveno: No dejar nunca solo al accidentado.- El estado del mismo puede agravarse en un corto espacio de tiempo.
Shock: el shock se presenta generalmente con heridas graves, o estados emocionales de depresión. Puede también presentarse después de una infección, dolor intenso, ataque cardíaco, postración por calor, envenenamiento por comidas o productos químicos, o quemaduras extensas.
El shock es una condición general del cuerpo provocada por algún tipo de falta de fluidos, tal como falta de sangre por algun tipo de hemorragia interna o falta de plasma, por quemaduras, o por muchos otros factores tales como puede ser la extrema experimentación de dolor o miedo. El shockeado puede sentirse débil, enfermo, con náuseas. Se puede poner pálido, tener palpitaciones respirar forzado, y quedar inconsciente
Si la respiración y el pulso cesa, empiece la tarea A-R-C de resucitación inmediatamente.
Si la respiración se hace dificultosa y vomita o el paciente se desmaya, póngalo en la posición de recuperación, manténgalo en esa posición y obsérvelo.
Revise el pulso y la respiración cada 10 minutos.
Convulsiones: pueden ser leves y causar síntomas mínimos o pueden ser severas y causar pérdida del conocimiento, así como una contracción súbita y violenta, seguida de relajación de los músculos, causadas comúnmente por una actividad eléctrica espontánea del cerebro.
Algunas causas pueden ser: epilepsia, alcoholismo, enfermedades cerebrales, asfixia, fiebre, abuso de drogas, envenenamiento, picaduras venenosas, enfermedades cardíacas, etc.
Cuando ocurre una convulsión, la mejor estrategia es evitar que la víctima se lesione, protegiéndola de una caída y acostándola en el suelo en un área segura. Se deben retirar los muebles u otros objetos cortantes del área alrededor de la víctima. Sin interferir con los movimientos de la persona que sufre el ataque, se deben aflojarle las prendas de vestir ajustadas, sobre todo las que están alrededor del cuello. Si la víctima vomita, hay que tratar de voltearle la cabeza para que el vómito salga y no sea aspirado hacia los pulmones o las vías respiratorias. Después de una convulsión, la mayoría de las víctimas caen en un sueño profundo, lo cual no debe evitarse. Es posible que la víctima se encuentre desorientada por algún tiempo luego de que despierte. Se debe permanecer al lado de la víctima hasta que se recupere o hasta que llegue asistencia médica profesional, manteniendo sus signos vitales (pulso, ritmo respiratorio y presión sanguínea) bajo control.
Coma: situación de pérdida del conocimiento profundo que no se recupera espontáneamente.
Se caracteriza por: la pérdida de movilidad voluntaria, la pérdida de sensibilida, y existen movimientos respiratorios y latidos cardíacos.
Se debe colocar al enfermo en posición lateral de seguridad, aflojarle la ropa, abrigarlo para que no se enfríe, no darle de beber ni de comer y evacuarlo urgentemente.
Traumatismos: trauma o traumatismo es toda violencia de causa externa que actúa sobre el organismo.
La influencia de los traumatismos en una zona del organismo produce las mas diversas lesiones, de acuerdo a los tejidos u órganos afectados; así, sobre la piel ocasionan heridas, desgarros, contusiones, hematomas, etc; sobre las articulaciones, esguinces o entorsis, llamadas también dislocaciones, luxaciones, rupturas de ligamentos, etc.
- Primeros auxilios en caso de esguince:
Inmovilizar la articulación afectada mediante un vendaje compresivo.
Elevar el miembro afectado y mantenerlo en reposo.
Aplicar frío local.
- Primeros auxilios en caso de luxaciones:
Inmovilizar la articulación afectada tal y como se encuentre.
NO reducir la luxación.
Traslado a un centro sanitario para su reducción y tratamiento definitivo por personal facultativo.
Fractura: pérdida de continuidad de un hueso.
Pueden ser:
Cerradas: La piel permanece intacta (no hay herida).
Abiertas: Originan la rotura de la piel ( hay herida próxima al foco de la fractura).
Alineadas: Los fragmentos óseos no se han movido.
Desplazadas: Los fragmentos óseos se desvían por las tensiones musculares.
Conminuta: múltiples fragmentos.
Los síntomas son:
Dolor que aumenta con la movilización de la zona.
Deformidad, desdibujo (según el grado de desviación de los fragmentos).
Inflamación y amoratamiento.
Impotencia funcional acusada.
Primeros auxilios:
No movilizar al accidentado si no es absolutamente necesario (por ejemplo riesgo de incendio), para evitar agravar la fractura.
Retirar anillos, relojes y pulseras ( en caso de afectación de la extremidad superior).
Explorar movilidad, sensibilidad y pulsos distales (extremidades).
Inmovilizar el foco de la fractura alineándola con suave tracción, comprobando siempre pulsos distales antes y después de la maniobra, incluyendo las articulaciones adyacentes, con férula, y evitando movimientos bruscos de la zona afectada.
Traslado al centro sanitario para su tratamiento definitivo, elevando la extremidad afectada por encima del nivel del corazón, una vez inmovilizada.
Hemorragia: es la pérdida de sangre de los vasos sanguíneos. Puede ocurrir interna o externamente a través de una apertura natural, o externamente por una ruptura de la piel.
- Externa: Es cuando visualizamos la salida de la sangre a través de una herida.
- Interna: Salida de la sangre del interior de los vasos pero no se exterioriza, no la vemos, permanece dentro del cuerpo. Son las más peligrosas porque si no se tratan la persona puede llegar al shock.
- Exteriorizada: La sangre fluye al exterior a traves de orificios naturales: oído, nariz, etc.
- Capilar: Se produce el sangrado de los vasos más superficiales, es escaso y se produce "en sábana". Normalmente cede con los mecanismos de coagulación fisiológicos.
- Venoso: La sangre procede de la rotura de una vena. El sangrada se produce de forma continua, y es de color rojo oscuro. Suele ceder con mecanismos de compresión directa sin problemas en unos minutos.
- Arterial: La hemorragia se produce por la rotura de una arteria. La sangre es rojo brillante y sale a borbotones coincidiendo con las contracciones del corazón. Es la más peligrosa porque si no se comprime adecuadamente, el paciente puede perder mucha sangre y entrar en shock.
Una hemorragia es el flujo de sangre de cualquier parte del cuerpo provocado por una ruptura de los vasos sanguíneos (por accidente). Cuando existe la perdida excesiva de sangre el organismo, este libera unos mecanismos que inhiben la pérdida de la sangre (hemostasia) -detención de un derrame sanguíneo-.
Principales puntos de presión:
Punto Temporal: que sirve para detener las hemorragias de la parte superior de la cabeza y se localiza adelante del orificio del conducto auditivo externo.
Punto facial: que se encuentra en le borde inferior del ángulo del maxilar y sirve para detener hemorragias de la cara.
Punto carotídeo: para detener las heridas de la cabeza y la parte superior del cuello, se presiona la arteria carotídea que se encuentra a la altura del músculo esternocleidomastoideo, la presión se hace hacia adentro y atrás teniendo cuidado de no lesionar la laringe o la traquea.
Punto clavícula: para las heridas del hombro o de la parte superior del brazo, se hace presión sobre la parte media de la primera costilla.
Si la herida esta en el antebrazo se debe presionar la parte media del pliegue del codo.
Los puntos radial y cubital se encuentran en la muñeca, sobre los huesos radio y ulna, se pueden presionar para detener hemorragias de la mano.
En casos de hemorragia del miembro inferior se puede hacer presión en la parte media de la ingle, sobre el hueso ilíaco o coxal.
Si la herida esta en la pierna o en la rodilla se presiona a los lados de la parte alta de la rodilla
Si la herida esta en la parte posterior del muslo se debe aplicar presión en la parte media del pliegue glúteo.
Cuando hay hemorragia en le pie se puede hacer presión alrededor del tobillo.
Antisepsia: conjunto de procedimientos y prácticas destinadas a destruir los gérmenes causantes de una infección.
Asepsia: estado libre de infección. Método de prevenir las infecciones por la destrucción de gérmenes patógenos.
Los vendajes son las ligaduras o procedimientos hechas con tiras de lienzo u otros materiales, con el fin de envolver una extremidad u otras partes del cuerpo humano lesionadas. En Primeros Auxilios se usan especialmente en caso de heridas, hemorragias, fracturas, esguinces y luxaciones.
Para hacer un buen vendaje se deben saber estas cosas:
Se colocará la zona a vendar más cómoda para el socorrista, procurando que el área afectada no esté en contacto con ninguna superficie.
Siempre iniciará en vendaje por la parte más distal, dirigiéndose hacia la raíz del miembro, con ello se pretende evitar la acumulación de sangre en la zona separada por el vendaje.
Se vendará de izquierda a derecha, facilitando la labor del socorrista.
El núcleo o rollo se mantendrá en la parte más próxima al socorrista.
No desenrollar de manera excesiva la venda.
El vendaje debe ser aplicado con una tensión homogénea, ni muy intensa ni muy débil. El paciente bajo ninguna circunstancia después de haber terminado el vendaje debe sentir hormigueo en los dedos, notarlo frío o apreciar un cambio de coloración en los mismos.
Se utilizarán vendas del tamaño adecuado a la zona que debe vendarse.
Antes de iniciar el vendaje, se colocará la zona afectada en la posición en la que debe quedar una vez vendada.
El vendaje se iniciará con la venda ligeramente oblicua al eje de la extremidad, dando dos vueltas circulares perpendiculares al eje, entre las cuales se introducirá el inicio de la venda.
El vendaje se termina también con 2 vueltas circulares perpendiculares al eje del miembro.
Tipos de vendaje:
Vendaje triangular
Cabestrillo
Vendaje circular
Vendaje espiral
Vuelta recurrente
Vendaje en ocho
Reanimación cardiorespiratoria: la reanimación es el conjunto de maniobras que se realizan para asegurar el aporte de sangre oxigenada al cerebro cuando fallan los mecanismos naturales.
Método boca a boca: consiste en introducir en los pulmones de la víctima el aire contenido en nuestra boca, faringe, laringe, tráquea y bronquios antes de que quede viciado por nuestra propia respiración; es decir: el aire que aún no ha sufrido el total intercambio gaseoso en nuestros pulmones.
Para ello, manteniendo el cuello de la víctima en extensión, pegaremos nuestros labios herméticamente alrededor de la boca de la víctima mientras pinzamos su nariz con los dedos índice y pulgar de la mano que mantenemos en la frente; le insuflaremos el aire con fuerza moderada durante no más de dos segundos a la vez que miramos su tórax y abdomen y nos aseguramos de que lo que sube es el tórax. No retirar la mano de la nuca.
Método boca a nariz: en el caso de que el paciente tenga quemaduras en la boca o que por alguna otra causa no podamos aplicarle la respiración por la boca, insuflaremos el aire por la nariz (método boca a nariz). En este caso cerraremos fuertemente la boca del paciente y cubriremos con nuestros labios la nariz del paciente, por donde insuflaremos el aire.
Masaje cardíaco externo: Consiste en comprimir el corazón entre el esternón y la columna vertebral cargando nuestro peso sobre el tercio inferior del esternón de la víctima. Para localizar este punto con exactitud seguiremos con los dedos de una de nuestras manos el borde inferior de las costillas en dirección al esternón, y en la zona central del pecho chocaremos con la punta cartilaginosa del esternón (apófisis xifoides); en este punto pondremos 2 o 3 dedos de la otra mano en dirección a la cabeza y en este nuevo punto colocaremos el talón de la primera mano. Esta es la zona donde realizaremos las compresiones, quedando completamente desnuda y especialmente si existen sujetadores con aros metálicos; ello implica actuar con respeto a la intimidad del sujeto.
Para ello, sin apoyar ni la palma de la mano ni los dedos sobre la víctima, pondremos la otra mano sobre la primera (mejor entrelazando los dedos) y con los brazos rectos y perpendiculares al pecho de la víctima dejaremos caer nuestro peso con el fin de hacer descender el tórax unos centímetros(1).
Las compresiones serán secas y rítmicas (contaremos ...y uno... y dos... y tres... etc.), en numero de 15, posteriormente volveremos a dar dos insuflaciones rápidas y de nuevo 15 masajes externos.
Cada conjunto de 2 insuflaciones y 15 masajes se denomina ciclo de reanimación con un socorrista.