EL CUERPO HUMANO
Tu cuerpo es asombroso. No existe ninguna máquina tan compleja. ¿Sabes que tienes más de 200 huesos y 600 músculos, o que el corazón, los pulmones o el estómago trabajan 24 horas al día durante toda tu vida? ¿Sabías que en tu cabeza está el centro que gobierna y controla tu organismo?
Las distintas partes de tu cuerpo se agrupan en sistemas. Cada sistema o aparato desempeña una función, y todos ellos trabajan juntos de forma coordinada para que tu cuerpo funcione correctamente.
TUS HUESOS Y TUS MÚSCULOS
Los huesos forman el esqueleto, que es una estructura que sostiene y protege tus órganos. La unión de un hueso con otro recibe el nombre de articulación. Algunas articulaciones son móviles: la del hombro permite que tu brazo se mueva en círculos; la de la rodilla hace que la pierna se desplace hacia delante y hacia atrás. Otras articulaciones, como la de los huesos del cráneo, no tienen ningún movimiento.
Tú te mueves gracias a los músculos. Algunos músculos recubren tus huesos y, al contraerse, tiran de ellos y hacen que tu cuerpo pueda moverse. Otros músculos forman parte de algunos de tus órganos.
TU SISTEMA NERVIOSO
El sistema nervioso controla y dirige todo tu cuerpo, así como su relación con el medio en el que vives. Está formado por el encéfalo, la médula espinal y los nervios. El encéfalo está dentro del cráneo; la médula espinal se aloja en el interior de la columna vertebral, y los nervios se distribuyen por todo tu organismo.
El encéfalo está formado por el cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral. Desde el encéfalo se envían órdenes a todo tu cuerpo a través de tus nervios. Supongamos que quieres saltar; desde el encéfalo se transmiten señales que ordenan a los músculos de tus piernas que se muevan.
¿Te has parado a pensar que tu corazón late sin que te des cuenta? Hay mensajes que se ocupan de las funciones de órganos, como el corazón o los pulmones, que nosotros no podemos controlar con nuestra voluntad. Tu sistema nervioso le dice a tu corazón que tiene que latir, y a tus pulmones, que tienen que respirar, incluso cuando duermes.
Los nervios también transportan señales hacia tu cerebro. Así es como llega a tu cerebro lo que tus ojos están viendo o los sonidos que tu oído percibe.
TU APARATO CIRCULATORIO
Tu aparato circulatorio está formado por el corazón y los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares). Por este sistema circula la sangre, que sale del corazón y se distribuye por las arterias, para después regresar de nuevo al corazón a través de las venas. Durante este trayecto, reparte el oxígeno y los nutrientes, y recoge las sustancias de desecho.El corazón es el motor que hace funcionar tu cuerpo ¿Sabías que cada vez que late expulsa la sangre de su interior y la empuja para que circule por todos los rincones de tu organismo? Tu corazón funciona como una bomba que envía sangre hacia los vasos sanguíneos.
Sistema circulatorio venoso SANGRE
Sistema circulatorio ARTERIAL
Los vasos sanguíneos son tubos huecos y flexibles de diferentes tamaños que se distribuyen por todo tu organismo, como si fueran una red de autopistas, carreteras y caminos. Pueden ser de tres tipos: arterias, venas o capilares.
Las arterias son los vasos sanguíneos que llevan la sangre que sale de tu corazón hacia todas las partes de tu cuerpo. Las venas son los vasos sanguíneos que llevan la sangre desde todas las partes de tu cuerpo de nuevo hacia el corazón. Los capilares son los vasos sanguíneos más pequeños que existen. En ellos la sangre cede el oxígeno y los nutrientes a las células, y recoge los productos de desecho.
TU SISTEMA RESPIRATORIO
Tú utilizas tus pulmones para respirar. Cuando inspiras, introduces aire en ellos. Este aire contiene oxígeno, un gas que necesitas para vivir. La sangre que está en tus pulmones capta el oxígeno y cede al aire dióxido de carbono, un gas perjudicial para tu cuerpo. Cuando espiras, tus pulmones expulsan hacia el exterior el aire con el dióxido de carbono.
TU APARATO DIGESTIVO
ORGANOS DEL APARATO DIGESTIVO
Estómago.
Hígado , Vesícula Biliar y Apéndice.
Esófago.
Boca.
Glándulas Salivales.
Lengua, Dientes.
Faringe.
Intestinos
Para poder vivir necesitas alimentarte. Los alimentos te proporcionan la energía y los componentes necesarios para construir o reparar los tejidos que forman tu organismo. Pero, para que tu cuerpo pueda utilizar los alimentos, es necesario que se produzca la digestión.
La digestión es un proceso que tiene lugar en el aparato digestivo, mediante el cual los alimentos se rompen en sustancias más pequeñas, llamadas nutrientes. Por lo tanto, la función de los órganos del aparato digestivo es descomponer los alimentos en nutrientes; absorber estos nutrientes, y eliminar los restos de los alimentos en forma de heces.
El aparato digestivo está compuesto por dos tipos de órganos: por unos pasan los alimentos y se fragmentan (la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso), y los otros son los que producen sustancias que participan en la digestión, pero por los que no pasa el alimento (el hígado y el páncreas).
TU APARATO EXCRETOR
Muchas de las sustancias que son perjudiciales o que simplemente no son necesarias para nuestro cuerpo se expulsan al exterior, en forma de orina, a través del aparato excretor. El aparato excretor está formado por los riñones y las vías urinarias. Los órganos del aparato excretor realizan una función muy importante, ‘limpian’ nuestro cuerpo.
Igual que el agua de una piscina pasa por una depuradora y sale de ella limpia, la sangre pasa por los riñones para depurarse. La sangre recoge los productos de desecho de las células del organismo. ¿Sabías que tus riñones limpian toda tu sangre unas 300 veces cada día? Los riñones trabajan sin descanso y producen la orina, que se almacena en la vejiga y se expulsa al exterior por la uretra.
TU SISTEMA INMUNITARIO
Tu sistema inmunitario te defiende de los gérmenes y otras sustancias que pueden hacerte enfermar. Los glóbulos blancos, o leucocitos, y otras defensas químicas de tu sistema inmunitario se apresuran para encontrar y destruir sustancias y microorganismos dañinos para tu cuerpo.
TU SISTEMA ENDOCRINO
El sistema endocrino está compuesto por un conjunto de glándulas, llamadas glándulas endocrinas. Las glándulas endocrinas producen hormonas. Hay muchas glándulas distintas, y cada una produce hormonas diferentes.
Las hormonas son sustancias que se fabrican dentro de nuestro cuerpo y que activan, desactivan o controlan algunas funciones del organismo. El crecimiento de tu cuerpo, la producción de la leche de la madre para el recién nacido o el desarrollo sexual normal propio de la pubertad son ejemplos de funciones controladas por las hormonas.
TU APARATO REPRODUCTOR
El aparato reproductor es la parte de nuestro cuerpo encargada de la función de la reproducción. El aparato reproductor de las mujeres es distinto del de los hombres, y los órganos que los forman también son diferentes.
El aparato reproductor masculino produce espermatozoides; el femenino, óvulos. Para que el ser humano se reproduzca tiene que producirse la unión de un espermatozoide y un óvulo. Esta unión dará origen a una nueva célula, que se llama huevo o cigoto y que se implantará en el útero de la mujer. A partir del cigoto se crearán millones de células nuevas, y durante unos nueve meses, el cuerpo del futuro bebé irá creciendo, poco a poco, en el vientre de su madre.
EL MOVIMIENTO Y APARATO LOCOMOTOR
Cuando andas, saltas o corres estás moviéndote. Cuando juegas, te ríes o comes un caramelo también hay partes de tu cuerpo que se están moviendo. Si te fijas, te darás cuenta de que todo lo que haces a lo largo del día supone algún tipo de movimiento. ¡Incluso cuando duermes también te mueves!
TIPOS DE MOVIMIENTOS
En tu cuerpo hay dos tipos de movimientos: movimientos voluntarios y movimientos involuntarios.
La mayoría de los movimientos son voluntarios. Esto quiere decir que se producen solo cuando tú quieres; por ejemplo, coger la mochila o correr para salir al recreo.
Otros movimientos se producen sin que tú puedas controlarlos; por ejemplo, tu corazón late todo el tiempo sin que te des cuenta de ello. Estos movimientos se llaman involuntarios
.
¿QUIÉN CONTROLA TUS MOVIMIENTOS?
El sistema nervioso controla todos tus movimientos, a través de los nervios, que llegan a todos tus músculos. Cuando vas a correr, coger un vaso o chutar un balón, es decir, cuando quieres realizar un movimiento voluntario, el sistema nervioso central envía órdenes a tus músculos, a través de los nervios motores, para que se muevan. Por ejemplo, si quieres bailar, el sistema nervioso ordena a los músculos de tus piernas que se muevan.
También hay movimientos de los que no somos conscientes, son movimientos involuntarios. El sistema nervioso central dirige también estas funciones a través de los nervios que forman el sistema nervioso autónomo o vegetativo. Así, por ejemplo, el latido cardiaco, el movimiento de los músculos de tu corazón, es involuntario.
¿Cuántas veces, al acercar la mano a algo muy caliente, la has retirado rápidamente casi sin darte cuenta? Este tipo de movimiento también es involuntario y recibe el nombre de movimiento reflejo. Los reflejos son movimientos involuntarios que se producen como respuesta a un estímulo. De esta manera, un estímulo como el calor activa un nervio sensitivo, a través de un órgano de los sentidos, y provoca la estimulación de un nervio motor. Esto da como resultado la acción de un músculo o glándula, provocando, en este caso, la retirada de la mano.
¿QUÉ ES EL APARATO LOCOMOTOR?
El aparato locomotor es el conjunto de las partes del cuerpo que se encargan del movimiento. Está formado por los huesos, los músculos y las articulaciones. Todas estas estructuras trabajan juntas para producir los movimientos.
Los huesos son la parte más dura de tu cuerpo y forman el esqueleto. El esqueleto está recubierto por los músculos y la piel.
La unión de un hueso con otro recibe el nombre de articulación. En tu cuerpo existe un gran número de articulaciones, como la cadera, el codo, el hombro o la rodilla. Sin ellas no podrías doblar la pierna o elevar el muslo. Las articulaciones están formadas por un conjunto de estructuras que mantienen los huesos unidos entre sí.
Los músculos recubren todo tu esqueleto y se unen a tus huesos. Están formados por un tejido que es capaz de estirarse y encogerse, y, por lo tanto, de cambiar de tamaño. Cuando esto sucede, cuando el músculo se mueve, también lo hace la parte del cuerpo a la que está pegado. Algunos músculos terminan en un tendón, una especie de cordón fibroso que se une al hueso; mientras que otros acaban de forma que sus fibras se unen directamente a los huesos o a las articulaciones.
¿CÓMO SE PRODUCE EL MOVIMIENTO?
El sistema nervioso ordena a tus músculos que se contraigan, a través de los nervios. El músculo, al acortarse, tira del hueso al que está unido y se produce el movimiento.
Por ejemplo, si quieres doblar el brazo, el bíceps se contrae. El bíceps es un músculo que se une a dos huesos: por arriba, al omóplato; por abajo, al radio, en el antebrazo. Cuando este músculo se contrae, tira del radio, y la articulación del codo se dobla, haciendo que el antebrazo también se doble sobre el brazo. Pero el bíceps no es capaz de que el brazo vuelva a su posición inicial, para ello necesita ayuda de otro músculo, el tríceps. Así, cuando el bíceps se contrae, el músculo tríceps se relaja, y el brazo se dobla. Cuando el brazo se estira, el tríceps se contrae, y el bíceps se relaja. La mayoría de los músculos no trabajan solos, se ayudan unos a otros para producir los movimientos.